martes, 7 de enero de 2014

Retratos de la diversidad 2 (2003)





Miraba yo el otro día el cuaderno de mi diario correspondiente a las fechas en que se supone que estaba trabajando en los Retratos de la diversidad por ver si algo me servía para presentarlos y lo abrí casualmente por una página en la que estaba este comentario. Al menos resulta curioso. Ahora que me he decidido a mostrar mis trabajos por este medio algunos amigos me piden que les explique. Y en algunos de los comentarios que hago he hecho referencia a la dificultad de untar el arte con palabras inútiles. Y va y sale esto.




 8. IV 2002.        21:28, 8º    Lloviendo.



Vimos la última de David Lynch (no sé el título). Una película que desconcierta al ser vista en un cine comercial. Sus dos primeras terceras partes mantienen una relación de los hechos más o menos normal. Experimentando con la cámara y con el montaje, pero narrando, a cachos, una historia. No obstante, con la aparición de una misteriosa cajita, la película nos traslada a otra dimensión, ¿otra versión de lo que se supone que debería ser la continuación narrativa de lo anterior? Como otra vida paralela con los mismos personajes, relacionada con la primera, pero con soluciones poco previsibles y toques paranormales, como si todo fuese fruto de un fenómeno psíquico.
No racional.
Pero bella. Poética. Misteriosa. Transmitiendo miedo. Suscitando interés. Inquietante.
Extraña, sí, por su dificultad de comprensión. Mas ¿hay algo que comprender? Tampoco yo entiendo la vida, ni a las personas, ni a la sociedad, ni le veo sentido a nada.
Cuando intentas contar una historia y dejas salir eso, amigo, todo se enrarece, ni tú sabes muy bien que está pasando.
Alguien, al terminar, dijo ¡que estafa! Eso mismo me dijo un amigo hablando de la vida en otra ocasión. ¿Alguien entiende, por ejemplo, lo que pasa con el Sharon ese, con su afán de machacar a los palestinos? ¿Alguien entiende la doble moral de Bush a la hora de erigirse como juez y policía del mundo?

¿Alguien comprende la respuesta humana en general? ¿La belleza de la catástrofe? ¿La belleza en sí misma?
¿Alguien sabe qué hacemos aquí?
¿Alguien sabe explicar por qué David Lynch ha hecho esta película? ¿Por qué hizo Una historia verdadera, tan distinta, tan hermosa? ¿Por qué cualquiera, el que sea, quiere hacer una película de cualquier tipo? ¿Podría explicarlo él?
¿O escribir un poema, componer una canción o pintar un cuadro?
¿Alguien lo sabe?
Yo gocé. Luego me quedé perplejo porque quería entender (¡que manía!). Eso mermó mi placer y no llegue a entender, por supuesto. La próxima vez sólo gozaré. Me lo prometo.


Supongo ahora que la película de la que hablo es Mulholland Drive.
Aprovecho para mostrar algunas fotos de la exposición que realicé en 2003.
















4 comentarios:

  1. Muy buena y recomendable conclusión, amigo. Abrazos. Jorge

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  3. La exposición estuvo estupenda y tu reflexión acertada. Abrazos

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    1. Gracias Jorge, abrazos y buenos deseos para ti y los tuyos.

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